Lo que no esperaba Messi era que no solo el fanatismo por el fútbol o el sueño de ver a su ídolo eran los motivos por los que Murtanza había llegado hasta él; también era porque de alguna forma, tal y como reconocen en diversos medios y reportajes que narran la historia, quería que lo llevara con él para salir de las duras condiciones de vida a las que estaba expuesta su familia en Afganistán, un país de conflicto permanente.