Su llegada fue tan ruidosa como su salida de Italia. Desde hace diez años, prácticamente no ha pasado uno sin aparecer en los medios italianos y españoles por alguna extravagancia como el fichaje de Eto’o o pedir jugar la eliminatoria de Copa en Dubai, si bien es más habitual verle en otras secciones del periódico. “He entrevistado a presos políticos que intentaron rechazar la selección brasileña porque sabían que Médici se beneficiaría, pero cuando vieron los partidos no pudieron”, dice Ronaldo Helal, sociólogo especializado en el fútbol de la Universidad Federal de Río de Janeiro.