Después de mil encuentros con los indios girajaras que habitaban aquel valle, logró plantear en 1552 la ciudad de Barquisimeto o Nueva Segovia; pero los indios se vengaron bien pronto del buen suceso que tuvo Villegas en su establecimiento haciendo que quedasen abandonadas hasta ahora las minas de San Felipe y que tuviese que trasladarse la ciudad de Barquisimeto del lugar de su primitivo asiento al que ocupa actualmente. Les entendí que mandarían gente a cogé los bichos dispersaos. Por el vado que me indicaron hostigué el potro y salí al patio, dispersando la gente a pechadas, entre una algarabía de protestas. Trescientos hombres salieron de Guayana, de los cuales volvieron a los pocos días treinta esqueletos que demostraban sobradamente las horribles miserias de que habían sido víctimas sus desgraciados compañeros. Limpias tardó poco en enemistarse con Urre, y unido a un tal Carvajal, que había suplantado un nombramiento de la Audiencia a su favor, asesinaron a Urre cuando volvía a Coro después de cuatro años de trabajos propios y calamidades ajenas, sin haber hecho a la provincia otro beneficio que el de la fundación de Tocuyo hecha por Carvajal con los 25 compañeros que tenía de su partido, de los cuales formó el segundo Ayuntamiento de Venezuela en 1545. Tal fue la suerte del hermoso país que habitamos en los diez y ocho años que estuvo a discreción de los arrendatarios de Carlos V; hasta que, instruido el Emperador de lo funesto que había sido a sus vasallos aquel contrato, volvió a ponerlos bajo su Soberanía nombrándoles por primer gobernador y capitán general al licenciado Juan Pérez de Tolosa.
Y así como el derrumbe descuaja montes y rebota por el desfiladero satánico, rompió el grupo mugiente los troncos de la prisión y se derramó sobre la llanura, bajo la noche pávida, con un estruendo de cataclismo, con una convulsión de embravecido mar. Y se agachó hacia el cuero de tigre que tenía bajo el chinchorro-. Con nosotros quedó encerrada una persona que me puso en las manos un winchester. El espíritu de rivalidad de sus primitivos habitantes se mudó con el suelo en una industriosa actividad, que prometía a Trujillo todas las ventajas de la aplicación de sus actuales vecinos; pero las incursiones del filibustero Grammont, asolando su territorio, sofocando el germen de su prosperidad, dejando en las ruinas de sus edificios motivos para inferir por su pasada grandeza lo que hubiera llegado a ser en nuestros días. A las ventajas del parentesco unía Fajardo las del idioma, como que poseía cuantos dialectos se hablaban en el país de donde era originaria su mujer y donde había nacido su madre. Las circunstancias de un país recién conquistado, cuya población se componía de jefes intrépidos y ambiciosos, de soldados feroces y deseosos de sacudir la disciplina que los había hecho dueños del suelo que pisaban, y de naciones bárbaras y sumisas que reclamaban las luces de la religión y los auxilios de la política, eran obstáculos que no podía vencer Osorio con la sola investidura de gobernador; pero su conducta le había granjeado de tal modo la confianza del Ayuntamiento de Caracas, que le propuso sujeto de su satisfacción para solicitar en la Corte las facultades que faltaban a sus filantrópicos deseos.
En el cuarto, Clarita estaba refiriéndole al viejo lo que pasaba, porque enmudecieron al verme. Allí me rodearon todos, el Pipa se había apropiado uno de mis vestidos, las mujeres asaban carne y Franco exigía que me acostara. Recogí el arma y para enfriarme las mejillas las oprimía contra los cañones. Al oír esto, con alterna premura, chupé la botella y bajé el arma. Me echaron en un chinchorro y pretendieron coserlo por fuera; mas, con pataleo brutal rompí las cabuyas, y agarrando a la niña Griselda del moño, la arrastré hasta el patio. La niña Griselda salió corriendo. Sebastiana y la niña Griselda se esforzaban por sujetarme. El capitán dio en perseguir a la niña Griselda, y, para cortejarla a su antojo, dejaba en servicio al subalterno. El capitán apareció con dos puñaladas en el pecho, y, debilitado por el desangre, murió de fiebres en la misma semana, después de hacerle declaraciones a la justicia, favorables al acusado. «De seguro se irán, porque todos tienen cuentas con la justicia, porque todos roban ganado». Tú debes tener razón, y si no tienes te la concedo. Tú no eres más que una querida cualquiera.
Es un honor que no merecemos -afirmó Barrera-. Y subía tan alto, que contra el cielo aleteaba, el sol me ardía el cabello y yo aspiraba el ígneo resplandor. Venimos a dispensar garantías, y ustedes se favorecen también con ellas, porque la justicia es como el cielo, que nos cubre a todos. Vos no la podés obligá ni a que te quiera ni a que te siga, porque el cariño es como el viento: sopla pa cualquier lao. Mauco entraba a rezarme la herida y tuve el tino de aparentar que creía en la eficacia de sus oraciones. La mala conducta de Francisco Carrizo, que sucedió a Calderón en aquella conquista exasperó a los indios hasta el punto de perder lo ganado, si no hubiese acudido a conservarlo Garci González con su prudencia y buena dirección. No se descuidó la metrópoli en favorecer con sus providencias el espíritu de industria y aplicación agrícola que veía desenvolverse en Venezuela, y los derechos de propiedad anejos a la conquista se hicieron bien pronto trascendentales a la industria y el trabajo. Venezuela tardó poco en conocer sus fuerzas y la primera aplicación que hizo de ellas fue procurar desembarazarse de los obstáculos que le impedían el libre uso de sus miembros.